Comenzamos con un relevamiento inicial para identificar las áreas de ingreso y reproducción. Implementamos un control físico utilizando dispositivos como mosquiteros, cortinas de aire y trampas de captura con luz UV para minimizar la entrada y captura de mosquitos.
Para el control químico se recurre a 2 técnicas que pueden emplearse aisladamente o combinadas:
Aplicación de insecticidas adulticidas sobre paredes, techos, aleros, contorno de las construcciones y sobre la vegetación del entorno de la vivienda.
Rociado de larvicidas en aguas estancadas, depósitos de agua, macetas, canalones, azoteas y todos los lugares donde exista acumulación de agua que permita el desarrollo de las larvas.
Además, ordenamos el entorno eliminando posibles focos de cría y aplicamos control químico con insecticidas líquidos y termonebulizaciones en el exterior, todo respaldado por un seguimiento detallado.